jueves, 6 de junio de 2013

Historia: Lola y sus tres hijos

Por @UbaldoAnayaF

A comienzos de abril, cuando el vallenato se escucha a borbotones por todos los poros de la ciudad, Lola salió a escondidas de sus ‘padres’ al parque del barrio donde vive. Allí, coqueteaba descaradamente al punto que varios machos lograron interesarse en sus movimientos y la siguieron por todo el piso verde tachado con hojas de mango recién caídas.


Quizás eran las ocho de la mañana. Quizás, muy temprano para esa salida. Quizás el momento no era el indicado, pero Lola no quiso perder esa oportunidad, única para ella. Quizás, más tarde no podría salir de su residencia.

Allí, en medio de las miradas de todos, escogió entre los machos al que ella consideró sería el padre de sus hijos; se acercó y con una mirada le dio la señal. Se lamieron y en un rincón del parque hicieron el amor, mientras los demás jugaban tranquilamente y, algunos, se reían y señalaban con sus dedos la escena que dominaba el panorama del parque infantil. Fue la única vez que Lola permitió una penetración amorosa.

Poco a poco fueron cambiando las facciones de Lola y su abdomen se abultó descaradamente al punto de dar a luz tres hermosos hijos: dos varones y una hembra.

No hubo tiempo de recriminaciones y con la llegada de los nuevos miembros de la familia todos estaban felices. Era un gran acontecimiento

Los hijos de Lola llenaron aquella casa de nuevos movimientos y visitantes; mientras que los primíparos abuelos compartían su tiempo con los chiquillos.

“Qué hermosos son”, dijo una de las vecinas que llegó atraída por los comentarios y ante la necesidad de enterarse de primera mano de la novedad en aquella vivienda.

“Sí. Son muy hermosos y la mamá los amamanta muy bien”, dijo la señora Eli, la feliz abuela.

“Cuando los vaya a vender me avisa, yo le compro uno de esos perritos, están bien bonitos”, pidió la vecina.


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