Hasta los patos llegaron al Festival

Una manada de patos, liderada por los esposos patos, caminaba tranquilamente por una de las calles coloniales de la plaza Alfonso López, en medio de los cientos de pies de turistas y vallenatos que circulaban buscando el sonar de los acordeones.

Esta familia de patos, vino desde Medellín, para servir como elemento comercial a su dueño, Reynel Sánchez, quien los vende a 450 mil pesos los adultos y a 55 mil pesos, los paticos.

Con una caja de pollos al hombre, Reynel caminaba tranquilamente arriando su manada de patos y paticos por la calle 16 con la plaza Alfonso López, buscando dueños para estos animales, que, cual toro que viaja al matadero, caminaban inocentes ante la mirada asombrada de los vallenatos.

Mamá pata y papá pato, tiraban a picar cuando alguien intentaba tocarle sus hijos y lanzaban graznidos para alejar el peligro.

Raynel afirma que “Valledupar es una buena plaza para vender patos, aunque no como alimentos sino como mascotas”.

Los patos paisas se convirtieron en otro atractivo del Festival Vallenato y se robaron el show con su andar cansino por las calles de Valledupar, mientras al fondo se escuchaba el sonar de los acordeones.

Con esta peculiar visita, queda confirmado que el Festival es la fiesta folclórica más grande de Colombia.